Realidad aumentada y energía: lo que está por ocurrir


Coches que se automodifican o sistemas energéticos que se autoregulan. Humanos y robots pensando, diseñando, construyendo cada uno aportando su capacidad creativa, sistemas autoregulados tomando en cuenta el funcionamiento de cada dispositivo y nuestras necesidades particulares. Parece lejano, pero no. La IA y la Realidad Aumentada están aquí para liderar la cuarta revolución industrial y eso afectará nuestros modelos de generación y consumo energético.

En esta entrada nos concentraremos en la Realidad Aumentada y su potencial impacto en los mercados y ciclos energéticos.

¿Qué es la realidad aumentada? Es la visión de un entorno físico del mundo real a través de un dispositivo tecnológico. Los elementos físicos tangibles se combinan con elementos virtuales logrando una realidad mixta. Un conjunto de dispositivos añaden información virtual a la información física ya existente. Es diferente de la realidad virtual porque sobre la realidad material del mundo físico monta una realidad visual generada por la tecnología en la que el usuario percibe una mezcla de las dos realidades.

¿Qué pasa si le otorgas a una herramienta de generación, transporte, distribución y consumo energético un sistema nervioso digital? La realidad aumentada implica precisamente eso: mejorar y ampliar nuestra capacidad de pensar e imaginar integrado a la virtualidad y la robótica permitiéndonos construir y gestionar sistemas mucho más eficientes. 

Maurice Conti, en el video TED que encabeza esta entrada nos acerca precisamente a este punto en el que ya los robots y los humanos trabajan codo a codo para lograr cosas que ambos no harían por su propia cuenta. Desde edificios que autoregulan su temperatura hasta coches que optimizan su consumo energético pasando por estructuras que se generan por sí solas buscando una integración más sostenible con sistemas energéticos menos dañinos con el entorno y sobre todo menos costosos.

En cuestión de décadas pasaremos a un mundo mucho más conectado cognitivamente y sobre todo autónomo o autoregulable energéticamente llevando los niveles de eficiencia y sostenibilidad no conocidos.

Gracias a nuestras capacidades aumentadas, nuestro mundo va a cambiar dramáticamente. Vamos a tener un mundo con más variedad, más conexión, más dinamismo, más complejidad, más adaptabilidad y, por supuesto, más belleza. La forma de las cosas por venir será diferente a cualquier cosa que hayamos visto antes. ¿Por qué? Porque lo que estará dando forma a esas cosas es esta nueva asociación entre tecnología, naturaleza y humanidad. 

La realidad aumentada cambiará nuestra forma de concebir la generación, transporte y gestión de la energía hasta un punto difícil de imaginar comenzando por la automoción y terminando por la regulación climática y generación eléctrica. 

Cuando se visualiza las posibilidades del futuro con la IA y la Realidad Aumentada nos embarga esa sensación de impaciencia por llegar a verlo. Tal como va avanzando la cuarta revolución un par de décadas tal vez sea mucho para disfrutar o padecer (según sea el caso), de estos cambios. Debemos prepararnos para ello.

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