2017: el año en que EEUU se consolida como súper poder energético
No dejamos de sorprendernos y con la
victoria de Trump la tendencia se podría consolidar aunque aún hay que esperar
para saberlo. EEUU luego de ser un país dependiente de las importaciones de
hidrocarburos, ha pasado a convertirse en un súper poder en este ámbito. En
realidad no ha dejado nunca de serlo. Muestra de ello es su potente industria
petrolera históricamente a la vanguardia de todas las tendencias, pero los
resultados que estamos viendo ahora hacen palidecer al más brillante de los
prospectivistas energéticos. Nadie vaticinaba la aparición de nuevas reservas y
menos en los lugares en los que aparecieron y bajo qué tecnología hace unos 10
e incluso 5 años.
La situación ha llegado a un punto en que ya
los planes de reversión de los flujos vía oleoductos, poliductos y gasoductos
están en camino a pesar de lo costoso que podría resultar exportar a Asia y
Europa y la incertidumbre Trump.
Hace 10 años las gigantes americanas estaban
planeando gastar millones en terminales de importación de gas. Esos proyectos
ahora están paralizados. El fracking lo ha cambiado casi todo. Y lejos de lo
que se esperaba el empuje no está en el Golfo de México sino en el yacimiento
Marcellus y Utica (ambos shale) en el nordeste del país.
El sistema americano de ductos está diseñado para mover gas desde la
costa del golfo a las ciudades del nordeste y no al revés. Por tanto, ahora el
reto es reutilizar parte de la infraestructura y crear un sistema más
actualizado.
Así, se está haciendo un esfuerzo para construir gasoductos y oleoductos
bidireccionales y 2017 estará repleto de proyectos orientados en ese sentido.
Esto ha afectado al mercado petrolero global. Hace 10 años era notable
el efecto de un recorte de la OPEP sobre las cotizaciones, ahora vemos como
tarda en surtir efecto. Por eso las reglas han cambiado para bien y para mal y
las respuestas las encontramos en la revolución tecnológica vivida en EEUU y
las potencialidades que podría tener en otras partes del mundo.
Faltaría ver el efecto Trump para abrir mercados para esos recursos.
De momento, está dispuesto a ser flexible en cuanto exploración y desarrollo en
suelo americano, incluso en áreas sensibles, pero faltaría ver de qué forma el hecho
mismo de que su secretario de Estado sea un petrolero determine la mejor forma de
colocar las exportaciones americanas en el buen camino y en colaboración con otros
súper poderes petroleros y gasíferos. Junto a Rusia y Arabia Saudita marcarán el
futuro del mercado global de los hidrocarburos desde el lado de la oferta y no solo
de la demanda.
Pues bien, 2016 ha visto esta consolidación y 2017 será otro año de fortalecimiento
de la industria de los hidrocarburos en dicho país.
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Ha sido un año estupendo escribiendo para ustedes. Desde nuestro blog les
deseamos un feliz año 2017 y que todos vuestros se cumplan.
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