Los millennials y la energía: transformaciones desde la base de los mercados energéticos




Durante la primera revolución industrial la clave fue entender los ciclos estacionales y el control del agua, además de aprovechar con ingenio el viento y la tracción sanguínea (incluyendo a los esclavos), durante la segunda revolución industrial los hidrocarburos, (comenzando con el carbón y terminando con el petróleo y el gas natural), el dominio del motor de combustión interna y los generadores eléctricos, sin abandonar el intento del control del agua y la tracción sanguínea, contribuyó con fuerza al dominio global de Occidente a través de la gestión de una masa crítica e ingente de recursos naturales. Durante la tercera revolución industrial, aparecieron otras variables y el miedo a la limitación de los recursos, la preocupación sobre el cambio climático junto al salto tecnológico de la postguerra puso el foco aún más en las personas, en la innovación y las formas para salir de los efectos de la segunda revolución industrial. Todas las anteriores fuentes de energías de las anteriores revoluciones no han dejado de ser esenciales, pero apenas nos estamos acostumbrando a la tercera revolución industrial y aparece en nuestras narices, en menos de dos generaciones, la cuarta revolución industrial. 

Estamos entrando en ella. La cuarta revolución industrial apalancada en las precedentes se basa en la inteligencia artificial, la creación y gestión de grandes cantidades de datos y la realidad aumentada. 

Dichas innovaciones impactará desde los mercados laborales hasta la gestión de energía por no hablar de todos nuestros hábitos diarios hasta el transhumanismo. 

¿Cómo afectará la cuarta revolución industrial a los mercados energéticos? ¿Ya está ocurriendo o aún estamos recibiendo los efectos de la tercera revolución industrial?

Vivimos aún los efectos de la implantación de la tecnología de la tercera revolución industrial basada en la Web y sobre dicha implantación se está montando las bases para la cuarta revolución industrial. En este proceso de transición el efecto más importante no será la escasez de recursos sino el inicio del declive del consumo energético por unidad de producto interno bruto[1]. Consumiremos menos energía para producir lo necesario y vivir.

En medio de esta transición de la tercera a la cuarta revolución industrial, la humanidad comienza a cundirse de millennials cuyas características y formas de desempeño anuncian ya nuevas tendencias de consumo y producción. Los millennials se están haciendo con el poder en el mundo y esto determinará sin duda el futuro de los mercados energéticos 

¿Qué caracteriza a los millenials? Veamos aquellas características que pueden impactar en los mercados energéticos:

1. Generan y consumen riqueza a través de datos e información, la inteligencia o conocimiento útil.
2.   La colaboración y la importancia del significado hacen que sus vidas estén marcadas por pocas rutinas.
3.   Más libertad de movimiento cognitivo y físico.
4.   Menos consumo de objetos, compra de viviendas y mucho menos vehículos.
5.  Se conforman con menos pero quieren más en otros aspectos. Prefieren momentos a objetos y determina el consumo de objetos dependiendo del momento o la emoción que le brinden (Smartphone, tablets, etc).
6.   Darán un giro a las bases financieras del mundo trajinando en monedas virtuales.
7. Revolucionarán al mundo político pues ya no serán fáciles de convencer y sus identidades serán aún más líquidas. No solo están mejor informados sino que ya lo han visto todo a través de narrativas transversales de videojuegos o los social media. Desde luego, son propensos también a desinformarse y también a desaprender, una habilidad valiosa hoy en día.
8.  Lo permanente seguirá estando en las mentes pues los símbolos y lo cognitivo tendrá más importancia que nunca. La narrativa y los motivadores tendrán que ser muy atractivos.
9.  Se bastará con uno o dos dispositivos móviles integrados desde el cual controlará su hogar, su relación con el trabajo, amigos y familiares, holo-transportado si quiere o sencillamente en comunicación bidireccional o física, pero siempre eficiente a la hora de moverse pues preferirá el transporte público, a ser posible con energías limpias, y apoyará con fuerza todo lo que pueda ser controlado, ahorrado, con feedback en tiempo real y con soporte de inteligencia artificial.
10.Preferirá instalar su propia fabricadora de agua y electricidad por autoconsumo que pagarle a una eléctrica tradicional o una empresa de servicios públicos. Todos sus dispositivos, incluyendo la batería de los coches que alquilen, tendrán una capacidad de almacenamiento energético superior a las 48 horas.
11. Son las generaciones que conquistarán Marte y se preparan para colonizar la Luna. La que espera a que exoplaneta viajaremos para tener otro hogar. Aunque creen en el eslogan “There is not planet B” no duda en trabajar para encontrarlo o recrearlo.

Con estas generación y las que vienen ¿Quiere decir que llegará el final de los hidrocarburos? No. Seguirán existiendo pero si en 50 años usted tiene una petrolera, es probable que esté pensando en cómo invertir en robótica y no atender a una demanda creciente pues no la habrá y la que exista será de otra naturaleza.

Ya está ocurriendo. No está muy lejos ese escenario. También cambiará la demanda de recursos naturales. Y si bien ya sabemos fabricar agua y nuestra propia electricidad, las grandes cantidades serán un problema serio para el Indostán, China y algunas zonas de Latinoamérica. 

Esta realidad, junto a la gestión de nuevas enfermedades derivadas del cambio climático y la gestión de semillas para alimentar la humanidad, serán serios desafíos pero no la limitación de recursos energéticos.

Será más barato generar energía solar y eólica y mucho más almacenarlos gestionándolos en tiempo real a través de dispositivos inteligentes. En cuestión de una década los manuales o sesudos análisis geopolíticos sobre la disposición de los recursos serán risibles, el consumo de carbón comenzará a declinar y en el 2030 lo hará el petróleo. Quedando el gas natural y las energías renovables en avance veloz pero sobre todo la eficiencia de su consumo a través de un consumidor más inteligente, completamente distinto al que hemos conocido. 

Este impacto de los millennials solo es el principio. El siguiente será el impacto de la inteligencia artificial pero ya eso escapa de nuestra vista aunque la cuarta revolución industrial ya asoma sus luces y parece prometedor y la vez preocupante como la historia misma.


[1] Aunque se espera un crecimiento del consumo energético de 30% para el año 2040, en términos económicos el declive del consumo per cápita del PIB será en breve un hecho y marcará la senda para el “peak” de la demanda global a partir del año 2050.

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