EL FUTURO DE LAS SMART
GRIDS EN ESPAÑA
La implantación de las
smart grids tiene un impacto en prácticamente todos los actores involucrados en
la cadena de suministro eléctrico y en consecuencia para todos sus proveedores
de soluciones (Enerclub, 2011).
En el caso del operador
de la red de transporte, las smart grids permiten mejorar el intercambio de
datos con las empresas distribuidoras y abren la posibilidad de que nuevos
proveedores oferten sus servicios complementarios para el mantenimiento de la
seguridad y la estabilidad del sistema. Este es un espacio para el ingreso de nuevos
actores en colaboración con Red Eléctrica de España.
A medida que la
contribución de las energías renovables al suministro eléctrico español
aumente, el operador del sistema necesitará más recursos para equilibrar sus
fluctuaciones y para garantizar la seguridad del suministro. En este sentido, el desarrollo de las
soluciones que permitan integrar dinámicamente en tiempo real dichas energías
es uno de los roles de buena parte de las tecnologías incluidas en las smart
grids. Una vez que las tecnologías se desarrollen y tras realizar las
modificaciones legales oportunas, las agrupaciones de consumidores residenciales podrían ofrecer
reducciones de demanda agregada al operador del sistema, del mismo modo que hoy
la ofertan los grandes consumidores industriales (OISETIC,
2011).
La información
intercambiada en las redes inteligentes permitirá a las empresas distribuidoras
tener un mejor conocimiento de lo que ocurre en su red y, por tanto, podrán
gestionarla mejor, de allí el interés creciente de todas ellas en los proyectos
de transporte y distribución, pero sobre todo, en gestión de la demanda.
Al integrarse mejor el
marco regulador, una tarea pendiente porque el legislador espera la maduración
de la implantación, las empresas distribuidoras podrían desarrollar mercados de
servicios complementarios para la red de distribución, similares a los que Red
Eléctrica gestiona para el sistema de transporte. Dependiendo de las
necesidades de las distribuidoras, estos mercados podrían estar dirigidos a
determinados segmentos de consumidores que se consideren más apropiados para la
provisión de los servicios demandados o ser abiertos a cualquier tipo de
consumidor, en cuyo caso también sería posible la agregación de la demanda
residencial para poder participar.
Por otro lado, La llegada
del vehículo eléctrico y las microrredes ampliarían aún más el ámbito de
posibles proveedores de tales servicios (OISETIC, 2011).
Para los productores de
electricidad, las smart grids las llevarán a un mejor uso de sus equipos,
especialmente en el caso de los productores en régimen especial.
No obstante, en el caso
español, las mayores potencialidades parecen presentarse para los consumidores
y los comercializadores de energía.
Por ahora, la competencia
en la comercialización en España ha sido bastante escasa. La existencia de las
tarifas de último recurso para los consumidores domésticos y la falta de la
tecnología que permitiera medir el consumo en intervalos menores a un mes no
han facilitado a los comercializadores realizar ofertas atractivas a los
consumidores domésticos.
Precisamente, al
cambiarse los actuales contadores analógicos por los nuevos contadores
electrónicos con capacidad de gestión remota y medida horaria se permitirá a
los comercializadores ofrecer a los clientes tarifas variables a lo largo del
día, para aprovechar la diferencia de precios en el mercado y reducir así sus
facturas eléctricas. Este tipo de tarifas podrían además combinarse con
sistemas que permitieran conocer el consumo en tiempo real, a través de
pantallas instaladas dentro de la propia vivienda, de Internet o del teléfono
móvil. En ese sentido, Iberdrola y Endesa avanzan para la instalación de estos
medidores y evalúan a través de sus proyectos pilotos cuál podría ser el
comportamiento de los usuarios españoles.
Las propias
comercializadoras (incluyendo las medianas) podrían agregar la demanda de
ciertos tipos de clientes que estuvieran dispuestos a gestionar su demanda o a
dejar que el comercializador se la gestionará de manera remota a cambio de
ciertos incentivos económicos y ese es otro modelo de negocio que podría
abrirse para las empresas españolas.
Con una demanda de este
tipo, es decir, una demanda flexible agregada, se podrían obtener beneficios
por la diferencia de precios en el mercado diario, participando en las sesiones
de los mercados intradiarios posteriores, u ofertando servicios de control de
frecuencia (y/o tensión) a los operadores de redes, una vez que la normativa lo
permita.
En ese sentido, pueden
aparecer nuevas empresas de servicios energéticos que, adicionalmente al
ofrecimiento de sus servicios a consumidores comerciales de mediano y pequeño
tamaño, pueden ofrecer servicios energéticos a comunidades de vecinos, como
equipos de cogeneración de pequeño tamaño o actuaciones para la mejora de la
eficiencia energética del edificio, sin duda, otra oportunidad de negocios.
Estos servicios
energéticos podrían ofrecerse por separado, tal y como hasta ahora, o se
podrían combinar entre sí e incluso con el suministro energético como
electricidad, gas y calor, lo cual podría incluir la agregación para participar
en los potenciales mercados de servicios complementarios gestionados por los
operadores de red.
Ahora bien, todos estos
cambios ocurrirán con mayor fuerza en aquellas Comunidades Autónomas más
innovadoras. Es decir, Madrid, Navarra, Cataluña, País Vasco y Aragón[1].
Distribución
geográfica de la penetración de la Nueva Economía
en base al valor del ISNE 2011 |
A pesar que los
despliegues de los proyectos no responden necesariamente a la orientación
innovadora de una Comunidad Autónoma puesto que no necesariamente la intensidad
de la capacidad innovadora es homogénea en todo su territorio, el hecho de que
tenga un indicador de mayor desarrollo orientado a la penetración de la Nueva
Economía podría determinar en qué puntos de la geografía española las smart
grids generarán más volumen de negocios en todo el tejido empresarial pero
sobre todo en la capacidad de prosumición de sus ciudadanos.
Este tan solo es un
indicador, pero la verdad es que buena parte de lo que queda de la década se
irá en la fase de instalación de medidores inteligentes y a finales de la misma
comenzarán a verse más empresas comercializadoras integradas con los
prosumidores que harán de las smart grids un factor revolucionario de la
industria eléctrica española.
Iberdrola, Gas Natural
Fenosa y Endesa lo saben y por ello avanzan rápidamente en la vanguardia, pero
otros sectores como las telecomunicaciones están iniciando las primeras
actividades para converger con el energético y estos son los casos de
Telefónica y Orange, empresas que comienzan a evaluar la posibilidad de abrir
una sección de gestión de energía en el territorio español.
La penetración TIC juega
un papel crucial a pesar de la deficiente formación orientada a la innovación y
al trabajo en áreas específicas de las TIC y la Nueva Economía. El carácter del
consumo de este tipo de tecnologías (mayoritariamente intuitivo) y su
penetración permite o facilita la integración de las Smart Grids.
Sin duda España está
preparada para las Smart Grids partiendo del uso creciente de las TIC y la
presencia de empresas y centros de investigación de primer nivel. El problema está
en si los usuarios realmente serán receptivos a los dispositivos de integración
de tecnologías y en qué medida los utilizará en forma efectiva.
Una variable
significativa a tomar en cuenta es la integración a las políticas de la Unión
Europea en materia de smart grids y sobre todo la cooperación de los diversos
actores para llevar a cabo proyectos a nivel europeo. La necesidad de buscar la
mayor eficiencia energética y cumplir con la meta 20/20/20 lleva necesariamente
a las smart grids como uno de los caminos más prometedores.
Como ya se ha dicho en la anterior entrada, cerca de 166 entidades entre empresas e instituciones
académicas colaboran en 6 áreas tecnológicas que involucran un total de 33
proyectos en territorio español, una minoría como parte de proyectos
implantados a nivel europeo. El total de colaboraciones detectadas asciende a
274.
Los líderes en el
despliegue de las smart grids en la industria eléctrica española son:
1.
Iberdrola
2.
Red Eléctrica de España
3.
ZIV
4.
Gas Natural Fenosa
5.
Tecnalia
6.
EDF
7.
Endesa
8.
Universidad Pontificia Comillas
9.
Indra
10. Siemens
Estas
empresas líderes, dentro de las que ya comienzan a entrar otras de vanguardias
en el ámbito global (Schneider, General Electric, etc), avanzarán con sus
procesos de implantación con mayor fuerza en aquellas Comunidades Autónomas más
innovadoras. Es decir, Madrid, Navarra, Cataluña, País Vasco y Aragón.
El futuro de las Smart Grids en España pasa por la integración de todos los actores en el proceso inicial de prueba y ensayo. Estas empresas y entidades trabajan en ello para tomar la vanguardia y hasta ahora son las que llevan la delantera.
¿Están preparadas otras empresas para semejante desafío?
Las respuestas están en las oportunidades que poco a poco van abriendose con el avance de la curva de aprendizaje y el trabajo I+D+i de las Smart Grids en territorio español.
FUENTES BIBLIOGRÁFICAS Y DOCUMENTALES
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World Economic Forum-Accenture
(2009). Accelerating Smart Grid Investments. Ginebra, www.weforum.org
[1] Atendiendo al
Indicador Sintético Nueva Economía (ISNE) 2011 de Ceprede, que proporciona una
visión instantánea de la situación y del desarrollo regional de la Nueva
Economía, las TIC y la SI en un entorno de innovación, el top 5 nacional viene
ocupado por las regiones de Madrid, Navarra, Cataluña, País Vasco y Aragón,
destacando que Navarra presenta un indicador muy cercano a Madrid en el componente
de innovación tecnológica (Méndez;Durán, 2011)
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